"Oteando horizontes más risueños, un ingeniero francés, André Simoneton, ha inventado un procedimiento para que la población del planeta no siga degenerando; es un aparato que puede ser utilizado lo mismo por un hombre que por una mujer o por un niño y con el cual puede distinguirse un alimento sano de otro malo antes de consumirlo: se trata de un péndulo sencillo sujeto a una cuerda corta, que usan los adivinos o zahoríes del agua, de objetos perdidos o del porvenir."
(La vida secreta de las plantas. pg.301)
Sóc la
bruixa que es pentina,
la de los pelos rojos,
la de les
hierbas,
la montaña,
mis pies
decalzos,
la orilla del río
de los deseos,
de los
sueños,
de las
promesas
de las hadas
del bosque,
soy el
murciélago,
el topo, la medusa,
el barro
hasta los ojos,
las estrellas
…
Parlo sola